Aprende a poner límites

Los límites son imprescindibles para tener relaciones sanas en cualquier ámbito de la vida. Vivir sin poner límites a los demás implica autorizarlos a que hagan con tu vida aquello que quieran.

Para aprender a poner límites a los demás hay una pregunta que te puede ayudar:

¿Dónde está tu línea roja?.

¿A qué me refiero con la expresión «tu línea roja»?

Para mi, la línea roja es el límite. Es el punto en el que ya no permites que la otra persona o situación avance más.

 

¿Para que sirve esta línea y que valor tiene?

Los límites permiten establecer un marco claro y consciente que nos protege de la relación que establecemos con los demás.

Establecer límites tiene un impacto directo sobre:

Nuestra autoestima

Tener definidos nuestros límites nos ayuda a construir nuestra autoestima de una forma sana y actúa como mecanismo de defensa.

La línea roja actúa como muralla ante posibles agresiones externas.

Es un ejercicio de autoconocimiento.

A continuación te propongo que con lápiz y papel respondas a algunas preguntas en relación a la línea roja y la autoestima.

  • ¿Qué le permito a la otra persona? 
  • ¿Dónde pongo el límite?
  • ¿Cuántas veces permito que pasen la línea roja?
  • ¿Qué precio pago por no tener la línea roja?
  • ¿Qué gano cuando mantengo de forma firme mi línea roja?

 

La gestión emocional

Las emociones surgen, no las elegimos. Pero de nosotros depende saberlas gestionar de forma productiva para que nos acerquen a nuestros objetivos y nos permitan tener relaciones sanas. Para ello, debemos conocer nuestra línea roja y también la que los demás han establecido.

La línea roja permite conocer en qué momento se dispara la señal de alerta y perdemos nuestro control sobre la situación. 

Traspasar la línea roja equivale a que la persona se sienta agredida, despreciada, humillada,…y por tanto su reacción será de defensa o sumisión en función de su mecanismo de respuesta.

Conocer dónde está nuestra línea roja nos permite mejorar nuestra gestión emocional y conseguir que sea más productiva y controlada sobre la situación que estamos viviendo.

 

La comunicación

Algunas conversaciones se convierten en un conflicto porque no está claro dónde está la línea roja y una de las partes la traspasa.

Conocer nuestra línea roja y la de los demás permitirá establecer una comunicación más clara y efectiva, eliminando aspectos que dañan al otro y que contaminan la relación. Las líneas rojas son las “reglas del juego” que permiten disfrutar de las relaciones desde el respeto.

En comunicación no todo vale. Y ya sabemos que las palabras pueden ser dagas que provocan graves heridas.

Conocer dónde está la línea roja ayuda a crear relaciones más sólidas y duraderas.

Muchas gracias por leerme y estaré encantada de conocer tu opinión al respecto. ¡Te leo!

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